Toppo, el pueblo de las granjas

Para no perderse

Antes de la residencia del siglo XVI, los señores locales vivían en un castillo, el que se puede ver sobre la aldea de Pino. La estructura, aunque ruinosa, conserva un aspecto austero y sólido, y a través de su puerta arqueada y sus aspilleras sigue vigilando el paisaje circundante. Ha cumplido tan bien su función defensiva que en su interior, durante las obras de restauración de 2012, las excavaciones arqueológicas descubrieron pruebas de la existencia de un rarísimo ejemplo de ceca clandestina que acuñó monedas falsas venecianas y carintias en los primeros treinta años del siglo XIII.

Un poco de historia

Desde el siglo XIII, la aldea rural de Toppo está dividida en dos núcleos por el curso del arroyo Gleria: el primero, el oriental, incluye la iglesia parroquial de San Lorenzo y las granjas medievales de Toppo. El caserío de Pino, en cambio, al oeste, se extiende a los pies de los restos del antiguo castillo. El señorío se considera uno de los ejemplos más importantes de arquitectura fortificada en Friuli de los siglos XII-XIV, debido a que no sufrió ninguna modificación después del siglo XV. En el siglo XVI, sin embargo, ya aparecía abandonado y en ruinas, pues los señores de Toppo se habían trasladado al pie de la colina, al actual palacio Toppo-Wassermann.

Curiosidades

Para los amantes de la buena mesa, la degustación de la tortilla típica del pueblo, aderezada con queso salado de la Val Cosa, es obligada. Este producto quesero, suave y cremoso, se elabora en la aldea de Molevana di Travesio y se madura en una salmuera especial de agua, sal, leche y nata, conservada en cubas de alerce.