El castillo de Drosso. Una maravilla por salvar

Lo que en la zona se conoce comúnmente como el Drosso es un castillo abandonado al sur de Turín, a orillas del torrente Sangone. Es uno de los monumentos más antiguos de la ciudad, se ve desde lejos, desde una autopista y no es fácil llegar a él: por eso es prácticamente desconocido.

El castillo de Drosso

Auge y declive de una maravillosa mansión

Probablemente ya surgió como villa romana y luego se levantó como granero cisterciense en el siglo XII. El edificio era propiedad de los condes de Saboya, que también colocaron algunos monjes en Drosso para vigilar el territorio. Feudo de los monjes de Staffarda, luego de los obispos de Turín, en 1334 pasó a la familia Gorzani, luego a la familia Vagnone; dividido en cuatro partes en 1496 y repartido entre varios propietarios, hasta que en 1539 el conde Gugliemo Gromis de Trana consiguió adquirir la mayor parte, el castillo dejó de funcionar como fortaleza para convertirse en residencia noble de las familias nobles que frecuentaban el palacio ducal adyacente de Mirafiori.

La capilla del parque del castillo también está hoy en ruinas

La última página de la historia del castillo se remonta a los años cuarenta, cuando, con la ocupación nazi, se vio obligado a albergar el Mando Sur del ejército alemán. La presencia militar dejó varias huellas en las ruinas del castillo: dibujos y grafitis, tabiques e instalaciones eléctricas y de fontanería. La pequeña capilla de estilo alfieriano del parque es maravillosa. Una pequeña joya de origen tardomedieval, lamentablemente abandonada, que espera encontrar nuevos dueños y nuevo esplendor.

Texto: Samuele Silva ©

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