Cinco buenas razones para visitar Tresnuraghes

Quienes deseen conocer mejor el arte sacro recogido en Tresnuraghes y los santos a los que la población rinde culto pueden visitar las demás iglesias del pueblo. Hay varias, entre ellas San Lorenzo, con su fachada de piedra, y Santa Croce, pequeña y con un hermoso rosetón lobulado.

2. El buen vino no miente: cara a cara con el Malvasía

Muchas iglesias del pueblo son sinónimo de numerosas fiestas, todas ellas acompañadas de buena comida y buen vino. Tresnuraghes se encuentra dentro de lazona de producción de Malvasia di Bosa DOC, por lo que es uno de los mejores lugares para disfrutar de una buena copa de este vino.

3. Historia antigua y arqueología: tras las huellas de la civilización nurágica

Como en otros municipios de Planargia, en Tresnuraghes no faltan ejemplos de arquitectura antigua. Nuraghi, domus de janas, dólmenes, tumbas de los gigantes y betili, una especie de pequeños altares incrustados en el suelo hechos de piedras. El propio nombre del municipio sugiere que antaño había tres nuraghi en la zona del asentamiento. Hoy en día, dos de ellos están completamente perdidos, del tercero quedan algunos vestigios. Además, en el término municipal se han estudiado otros 22 yacimientos con restos de nuraghi de diferentes tipos.

4. El Museo Deriu, un viaje por el Tresnuraghes del siglo XIX

Una sencilla pero elegante casa blanca esconde una sorpresa. Se trata de la Casa Deriu, sede del museo del mismo nombre, cuya primera planta narra la vida de una familia de la burguesía local en el siglo XIX. Entre muebles, objetos cotidianos y ropa de época, es posible sumergirse en aquellos años. Una escalera conduce a la segunda planta, y aquí está la verdadera sorpresa: aquí se rinde homenaje a la prensa. Revistas y publicaciones periódicas antiguas se exponen en esta sala del museo, creando una de las colecciones más importantes de este tipo en Cerdeña.

5. El mar y las torres costeras

Algunas localidades del municipio de Tresnuraghes llegan hasta el mar. La localidad de Foghe, situada en la desembocadura del río Mannu, la localidad de Columbargia y la localidad de Ischia Ruggia son lugares mágicos gracias a la belleza del mar sardo y a las sugestivas torres costeras que aún otean el horizonte. Las torres costeras se construyeron en época aragonesa para defenderse de las incursiones sarracenas. En funcionamiento hasta 1842, hoy coronan acantilados y ensenadas como auténticas reinas del mar.