Iglesia de Nuestra Señora de Ceri

No se pierda: curiosidades en las paredes y el suelo

El rico aparato decorativo de la iglesia de Ceri reserva algunos detalles realmente sorprendentes para los observadores más atentos. Quizá los más pintorescos sean algunas escenas muy particulares de los frescos: escenas de cocina, diablos luchando y figuras de quimeras. Más clásica, pero objeto de gran devoción entre los habitantes, es la pintura de la Virgen en el interior de la capilla a ella dedicada. Para observar la última gran característica, hay que bajar la mirada al suelo cosmatesco, con sus intrincados motivos geométricos y rosetones de mármol, que constituye un valioso ejemplo del arte decorativo medieval.

Un poco de historia

La iglesia de la Madonna di Ceri se construyó sobre un núcleo más antiguo, probablemente hacia el siglo IV, como lugar de culto cristiano. A lo largo del tiempo, la iglesia sufrió diversas transformaciones, especialmente en el siglo XII, cuando se añadieron frescos medievales. Más tarde, en el siglo XVI, la iglesia sufrió daños durante los ataques del duque Valentino Borgia, lo que provocó el derrumbe de parte de la estructura y la construcción de las tres capillas laterales. El vínculo con Félix II, cuyas reliquias se conservan en el interior de la iglesia, era tan fuerte que la iglesia permaneció dedicada a él hasta el siglo XIX.

Curiosidad: Félix II y sus reliquias

Se dice que Félix II murió aquí mismo, en Ceri, razón por la cual sus reliquias se conservan en el interior de la hermosa iglesia. Sin embargo, parece ser que en algún momento tuvieron que ser trasladadas a Roma. Según una leyenda, los bueyes que tiraban del carro se detuvieron inexplicablemente, negándose a continuar. Interpretado como una señal divina, el milagro hizo que las reliquias permanecieran en el pueblo, donde aún se conservan con gran veneración. Este acontecimiento se recuerda en la tradición local y refuerza el vínculo entre la comunidad y la figura de San Félix.