Basílica de Santa Cecilia

Imperdibles

Entre las obras que no hay que perderse en el interior de la basílica se encuentran el copón pintado por Arnolfo di Cambio, el Juicio Final, un fresco pintado por Cavallini en la contrafachada de la iglesia, el hermoso mosaico del siglo IX de la pila de la iglesia y el fresco de la bóveda pintado por Sebastiano Conca que representa la Apoteosis de Santa Cecilia.

Un poco de historia

Al parecer, la basílica se erigió sobre la casa de los mártires Cecilia y Valeriano, perseguidos y asesinados hacia el año 230. Las excavaciones realizadas en 1899 sacaron a la luz edificios de época republicana con reedificaciones de los siglos II y IV. El primer núcleo de la iglesia fue erigido por el papa Pascual I en el siglo IX, inmediatamente después del descubrimiento del cuerpo de la santa en las catacumbas de San Calixto. Más tarde, entre los siglos XII y XIII, se añadieron el claustro, el atrio y el campanario. En el siglo XVIII se llevaron a cabo nuevas obras de restauración y se construyó el pórtico monumental, obra de Ferdinando Fuga.

Curiosidades

La Santa Cecilia reproducida en la estatua de Stefano Maderno utiliza tres dedos para señalar algo. Se trata de un gesto relacionado con su martirio, especialmente violento. Primero intentaron matarla en el calidarium de su casa con vapores hirvientes, pero como estaba ilesa, decidieron decapitarla. Para llegar al final, fueron necesarios tres golpes en el cuello y tres días de tortura durante los cuales, incapaz de hablar, señaló a la Trinidad con los dedos de la mano.