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¿Dónde está?
Qué es y dónde está
En el corazón de Finale Ligure, en una pequeña plaza bordeada por elegantes edificios del siglo XVII de colores terrosos, se alza la fachada de la Basílica Colegiata de San Giovanni Battista. Está precedida por ocho escalones de mármol blanco que terminan en un plano de rombos blancos y negros. Desde aquí se elevan las líneas verticales de portales y pilastras, interrumpidas por las suaves volutas de las decoraciones barrocas. Estos elementos blancos destacan sobre el fondo rosa pálido. El conjunto recuerda a una nube, sobre la que descansan, benévolas, las estatuas de San Juan, los apóstoles Pedro y Pablo y las virtudes Fe y Esperanza.
Por qué es especial
Es al entrar cuando se percibe la grandiosidad del lugar: la basílica de cruz latina mide más de 65 metros de largo, rematados por una cúpula de 24 metros de altura. Dividida en tres naves por columnas pareadas, mantiene la ligereza de la fachada. La decoración es riquísima: un triunfo de pinturas, estucos y estatuas hacen de esta basílica una de las iglesias más bellas de toda Liguria, templo no sólo del arte religioso sino también del arte del siglo XVII con elementos de siglos posteriores.
Imperdible
Quienes entran en la iglesia son recibidos, a la izquierda, por el hermoso Baptisterio, una urna de mármol blanco con incrustaciones de finas ágatas. La estatua del Bautista que lo adorna es obra de Salvatore Revelli, realizada en 1853. Este es el punto de partida de la serie de 12 capillas situadas a ambos lados de la basílica. Una de las más evocadoras es la de la Inmaculada Concepción, que alberga una estatua de madera de la Virgen, vestida con espléndidos ropajes de estilo español. Esta misma estatua es muy querida por los habitantes de Finale, que la veneran como patrona de la ciudad.
Un poco de historia
La construcción comenzó en 1619 y duró 55 años. El templo se inauguró en 1674. La tradición atribuye su construcción a Bernini, pero en realidad fue obra de arquitectos locales formados en su escuela. La fachada, obra del arquitecto Nicola Barella de Finalmarina, se terminó en 1762, mientras que la cúpula se terminó en 1780. Un proyecto unitario claro y el amor de los ciudadanos, que contribuyeron unos económicamente y otros prestando su mano de obra, aseguraron un resultado excelente, aunque se tardara casi 160 años en conseguirlo.
Curiosidad
En la sacristía es posible retroceder en el tiempo y admirar la Marina y la zona de Finale Ligure tal y como eran en el siglo XVII. Esto es posible gracias a una vista en el cuadro de San Erasmo y San Nicolás, conservado aquí con otros cuadros de los siglos XVII y XVIII y restaurado recientemente.
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